Si queréis disfrutar y acercaros a las tradiciones gastronómicas catalanas en Madrid a un precio asequible, ¡este es el lugar!
Situado en un enclave rural de la comunidad de Madrid, con un encanto peculiar. Donde sin duda os invito a ver la plaza del pueblo.
El restaurante tiene dos comedores: uno de ellos esta compuestos de largas mesas de madera que son compartidas por diferentes grupos de comensales, ¡muy Gallego! y otro comedor sacado al completo de una de las tiendas más conocidas de muebles por todos “IKEA”. Para entrar al segundo comedor tenemos que pasar por la barra donde vemos las brasas y los alimentos que vamos a disfrutar.
Yo os recomiendo este restaurante en las fechas de los calsot (entre enero y marzo), cebolletas dulces que se comen mojados en una salsa de tomate y frutos secos, ¡francamente deliciosa! En estos meses podemos recrearnos con un calsutada que no es otra cosa que una suma de platos típicos catalanes y participar de una especie de ritual que comienza con la puesta de unos baberos como los del maricos que nos libra de las manchas que podemos tener a la hora de empezar con los calsot, sigues con ensalada con butifarra para continuar con unas carnes variadas (conejo, pollo, cabrito) a la brasa acompañadas con un buen alioli y de postre una crema catalana. Todo se puede mojar con un buen cava.
La carta no es muy amplia, pero si no os gustan los calsot, tenéis otras alternativas, a destacar las carnes a la brasa.
Pegas, la atención es un poco lenta y no tienen detalles como en otros restaurantes de ofrecerte un chupito de algún licor al terminar la comida.
Nota: - Tiene parque infantil que os permite disfrutar de la comida, mientras los críos juegan y siempre a la vista si se come en el comedor de fuera.
- Tiene parquin gratuito.
Precio: 20€ 30 €
Dirección: Avda. de la Paloma, 36 (Camino de la Berzosa) Madrid
Teléfono: 91 856 9575
